Edurne Portela nos traslada a México para hablar sobre Eusebio Lázaro, un auténtico hombre del Renacimiento. Quizá más conocido como director y actor de teatro, llegando a dirigir y traducir Ricardo III o Otelo, y ha trabajado con grandes personalidades del cine español como Berlanga o Cuerda y del estadounidense como John Malkovich. Sin embargo, es su última colección de relatos Aquello bien podría ser México (Sitara) la que ha despertado nuestro interés.
Podríamos pensar en ella como una colección de relatos mexicanos, pero no: solo el que da título al recopilatorio, una historia que habla sobre la omnipresencia de la violencia, es el que transcurre en el país azteca.
Los quince relatos restantes, variados en el estilo y en la voz que narra los hechos pero aparentemente heterogéneos entre sí, están entretejidos por algunos temas comunes: la memoria y cómo recordamos experiencias que no llegamos a entender bien, cómo nuestros recuerdos configuran nuestra identidad, la soledad buscada o impuesta, el miedo a la vida y a la muerte, etc.