Antonio, cien años de baile
Antes de morirse Antonio dejó dicho que lo que él quería era que se hiciera un museo en su nombre, para preservar su legado. Eso no ha sido posible pero quizá si nos ve desde algún sitio se sienta orgulloso de que estos días Sevilla recuerde en su centenario, al niño que recorría sus calles bailando al compás de un organillo. Un revolucionario de la danza española que no tardó en ser conocido en todo el mundo tan solo por su nombre de pila. Ese recuerdo ha llegado en forma de Congreso, el primero que la Universidad de Sevilla le dedica a la danza. Y hasta la Fundación Tres Culturas de Sevilla nos hemos traslado para vivir de cerca unas jornadas organizadas por Rafael Infante Macías, coordinador de la Cátedra de Flamencología de la Universidad de Sevilla, impulsadas por Marta Carrasco y en las que han participado, entre otros muchos, Antonio Márquez y Antonio Canales. Todos ellos nos acercan la figura de este genio de la danza que el 4 de noviembre hubiese cumplido cien años. Suerte que su legado es eterno.