La inteligencia artificial y la sostenibilidad tienen un difícil equilibrio debido a los costes ambientales de los modelos de IA generativa y es que tanto el entrenamiento como la gestión de estos sistemas requiere enormes cantidades de energía las 24 horas del día, lo que incrementa las emisiones de carbono o el consumo de agua necesario para refrigerar los centros de datos. Empresas como Google y Microsoft consumieron, cada una, 24 horas teravatios/hora de electricidad en 2023. Esta cantidad es más que el gasto energético anual de 100 países como Jordania, Islandia o Ghana. Al mismo tiempo, podemos utilizar esta tecnología inteligente para optimizar recursos o predecir catástrofes naturales por lo que puede ser un "aliado verde".
Conversamos con David de Francisco, subdirector general de Fomento y Regulación de la IA en el Ministerio de Transformación Digital, y con el Dr. Richard Benjamins, CEO & cofundador de OdiseIA.