Los avances informáticos y el desarrollo de técnicas y algoritmos permiten la conservación y restauración del patrimonio musical mediante la digitalización de partituras manuscritas y su transformación en archivos que puedan ser procesados e interpretados para escuchar los sonidos que encierran. Isabel Barbancho, catedrática de Teoría de la Señal y Comunicaciones en la Universidad de Málaga, ha ideado un sistema de lectura óptica de partituras de los siglos XVI al XIX conservadas en la catedral de la capital malagueña.
Partiendo de una fotografía a color de la partitura, se realiza una secuencia completa de etapas de análisis cuyo fin es convertir esa fotografía a un formato electrónico inteligible, desde el punto de vista musical, por el ordenador. Gracias a este formato electrónico, la partitura se puede reproducir, representarla en formato MIDI, o reescribirla tanto en notación antigua como en notación moderna, con objeto de poder reeditarlas.