En unas semanas los campos españoles se teñirán de rojo con amapolas. Un paisaje precioso para los urbanitas pero indeseable para los agricultores, que ven en estas flores a unas malas hierbas. Hemos hablado de ellas con Bárbara Baraibar, investigadora del Grupo de Investigación en Ciencia y Ecología de las Malas Hierbas de la Universidad de Lérida. Son plantas muy extendidas que disminuyen el rendimiento de los cultivos; interfieren con estructuras agrarias, como canalizaciones de agua; en los procesos de cosechado y comercialización; pueden disminuir la calidad del producto (contaminación de grano o del forraje) y transmitir enfermedades a los cultivos.
Sin embargo, también se ha visto que algunas especies y sus semillas contribuyen a la biodiversidad, alojan insectos beneficiosos y polinizadores, alimentan a las aves y disminuyen la erosión en ciertas épocas del año.
A hombros de gigantes
Malas hierbas
20/04/2022
10:38