El desarrollo de un fármaco es un proceso largo y costoso. Puede tardar entre 10 y 15 años, con un coste de 2.500 millones de euros. Y su tasa de éxito ronda el 12%. Además, son necesarios ensayos con animales y estudios en seres humanos para garantizar su seguridad y eficacia, con importantes implicaciones éticas en la investigación biosanitaria. De ahí que se busquen nuevas aplicaciones a medicamentos que ya están en el mercado. Se estima que hasta el 75% de los fármacos conocidos pueden tener nuevos usos terapéuticos y que los medicamentos en uso clínico podrían utilizarse hasta en 20 aplicaciones diferentes de aquellas para las que fueron aprobados originalmente”. Hemos entrevistado a Carmen Fernández Alonso, investigadora en el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas del CSIC y coautora de los libros “Cómo se fabrica un medicamento” y “Nuevos usos para viejos medicamentos”, editados por CSIC-La Catarata.
A hombros de gigantes
Nuevos usos para viejos fármacos
25/05/2022
08:44