Me llamo Suleimán, así se titula la última novela del escritor Antonio Lozano, en la que el autor canario relata, en primera persona, las desventuras y sentimientos de un inmigrante subsahariano. Un libro con el que Lozano pretende que el lector se ponga en la piel de uno de estos jóvenes que llegan a nuestras playas o que tratan de saltar la valla fronteriza de Ceuta o Melilla. Algo que no debería resultarnos difícil a los españoles, acostumbrados como estamos, antes y otra vez ahora, a abandonar nuestro país en busca de un futuro mejor.
Pero no parece que sea así, a tenor de lo que Suleimán encuentra, tras llegar a Canarias en un cayuco. Antonio Lozano lo sabe bien, porque, no en vano, ha sido profesor de algunos de estos muchachos inmigrantes en el instituto de Agüimes, en el que da clases.
