Aunque la etapa actual de Ars Sonora acaba de alcanzar sus primeros diez años (continuando, eso sí, la estela iniciada en 1985, cuando José Iges y Francisco Felipe fundaron este singular espacio radiofónico), hasta ahora una figura fundamental en la composición -no sólo electroacústica- no había recibido la atención monográfica de nuestro programa. Nos referimos a Luigi Nono (1924-1990), y la explicación de lo anterior quizá radique, precisamente, en la notable importancia -y, sobre todo, el gran número- de sus aportaciones estéticas, también en el terreno que conecta los sonidos instrumentales con aquellos pregrabados, o generados electrónicamente.
Con este programa iniciamos una nueva serie, que se irá repartiendo esporádicamente a lo largo de los próximos meses, y en la que escucharemos -y comentaremos, utilizando diversas fuentes- aquellas obras que, dentro del amplísimo catálogo de Nono, hacen uso de los medios electroacústicos. No seguiremos, en este ciclo, un orden cronológico relativo a las fechas de estreno de esas obras, sino que más bien propondremos lecturas no lineales de la trayectoria del compositor veneciano, con la intención de establecer continuidades entre periodos creativos que algunos musicólogos e historiadores de la música contemporánea se empeñan, quizás excesivamente, en diferenciar.
Como muestra clara de lo anterior, en este programa yuxtapondremos la escucha de dos obras separadas por quince años, y habitualmente adscritas a dos periodos diferentes en la biografía creativa de Luigi Nono (el segundo -supuestamente marcado por su militancia política comunista- y el tercero -presuntamente menos politizado, más "espiritual"-. Así, comenzamos con un trabajo de 1967, "Per Bastiana - Tai-Yang Cheng", para cinta magnética y tres grupos instrumentales, que nosotros escuchamos en una grabación ya histórica, con Bruno Maderna -gran amigo y cómplice de Nono- como director de la Orquesta de la Radio de Baviera, en un concierto grabado el 20 de noviembre de 1970 en la ciudad alemana de Múnich. La obra está dedicada a la segunda hija del compositor, Bastiana, y el título proviene de las palabras de un canto chino que puede traducirse, según Nono, como "el día se levanta" o "el día comienza", y que incluye referencias al color rojizo del amanecer. Estas referencias -que pueden remitirnos al propio nacimiento de Bastiana, pero también a la China comunista de aquellos años- invitan a adscribir esta obra a ese periodo "político" de Nono... privándola, según diversos autores, de otros valores más aparentemente profundos -y simplificando su categorización como obra "de compromiso político"-. La escucha de la pieza, hoy, permite reconocer en ella no solamente a un Luigi Nono perfectamente maduro como compositor, sino también las dimensiones de introspección y profundidad emocional que a menudo esos mismos autores antes evocados solamente circunscriben al "tercer periodo" del compositor.
Con la otra obra que presentamos, "Quando stanno morendo. Diario polacco n. 2", para cuatro voces de mujer, flauta baja, violonchelo y electrónica en vivo, fechada en 1982, intentamos reflejar un proceso inverso (o, mejor, simétrico) respecto al anterior: para muchos musicólogos y críticos, ésta es ya una obra plenamente inscrita en la tercera y última etapa del compositor (más "filosófica" que "política"). Ahora bien, si atendemos a los textos empleados por Nono en esta obra, de Endre Ady, Alexander Blok, Velimir Jlébnikov, Czesław Miłosz y Boris Pasternak -todos ellos compilados por ese otro gran cómplice de Nono que fue Massimo Cacciari-, comprobaremos que su revolucionaria mirada política al mundo en absoluto se había destemplado en este periodo. Este argumento se refuerza al tomar en consideración el hecho de que Nono planteó la obra -un malogrado encargo del Festival de Varsovia- como una crítica a la política de aquellos años en Polonia, y que la dedicó "agli amici e compagni polacchi che nell’esilio, nella clandestinità, in prigione, sul lavoro, resistono – sperano anche se disperati, credono anche se increduli". Presentamos la interpretación de la obra protagonizada por Susanne Otto, Elisabeth Rave, Monika Bair-Ivenz, Petra Hoffmann (voces), Lucas Fels (violonchelo) y Martin Fahlenbock (flauta), todos ellos bajo la dirección de André Richard, responsable también de los dispositivos electrónicos desarrollados en el Experimentalstudio de la Fundación Heinrich Strobel de Friburgo.
Dos obras de Luigi Nono muy diversas en muchos sentidos (en un plano técnico, es reseñable que los sonidos electrónicos de la primera están pregrabados en cinta magnética, mientras que los de la segunda se generan en tiempo real a partir del procesamiento de los sonidos instrumentales en vivo), pero también muy similares desde otras perspectivas.
