Hoy hablaremos de cómo llegó el musical a España y cómo ha arraigado en la escena nacional. El musical adapta y actualiza, desde una óptica estadounidense, distintos géneros o influencias musicales la opereta europea, británica o alemana, toma prestando de burlesque, del voudeville y luego va sumando tradiciones musicales muy diversas. Ramón Espejo, catedrático de Literatura Norteamericana en la Universidad de Sevilla, ha estudiado a fondo los musicales y su llegada e implantación, paulatina, en España a partir de la década de los 50 y los 60. Espejo menciona expresamente al productor y director José Tamayo, versado, cosmopolita, que decide importar el género, en un ambiente ajeno al mismo, donde la revista o la zarzuela tienen implantación, pero José Tamayo tenía sentido de la oportunidad y gusto comercial y al frente de la compañía Lope de Vega estrena el primer musical adaptado de la historia en España, South Pacific.
Después de Al sur del Pacífico, estrenada en España en 1955, fueron llegando distintos proyectos a como La Pelirroja, Caridad de Noche o Golfus de Roma. Ese fue el imaginativo título que se le dio a la versión española. Se estrenó en el Teatro Maravillas de Madrid en marzo de 1964, un hito importante al ser la primera vez que se representaba un musical de Broadway en una sala de teatro habitual en España.
Durante los años postreros del franquismo, la censura y las tensiones hicieron que musicales más consistentes que el mero entrentenimiento, supusieran una contestación para alentar el fin de la dictadura en España, musicales como Hair o Jesucristo Superstar, cuya versión española, dirigida por Jaime Azpilicueta fue protagonizada por Camilo Sesto, entonces en la cresta de la ola. Antes de llegar a la versión autorizada, se promovieron diferentes sucedáneos, interpretaciones parciales de la obra, que había tenido un éxito colosal, primero también, como disco gracias a la creatividad de Tim Rice y Andrew Lloyd Weber.