Entre las muchas historias de españoles en Estados Unidos hoy nos fijamos en la de Segundo Llorente, natural del pueblo leonés de Mansilla Mayor, nacido en 1906, miembro de una familia de 12 hermanos, tan numerosa como humilde, se ordenó jesuita y decidió pasar la mayor parte de su vida en Alaska, un territorio explorado por los españoles a finales del siglo XVIII, pero donde no se llegaron a establecer misiones. Cuando Segundo era adolescente, el entonces Papa, Pío XI, definió la importancia de hacer apostolado en Alaska como “la tarea más heroica en la Iglesia” y Llorente decidió pasar allí buena parte de su vida. De gran carácter, resistió años de absoluta soledad, recorriendo la nieve y atendiendo a una población aislada y dispersa. En algunos apuntes autobiográficos, el padre Llorente cuenta: “Por la mañana salgo de las mantas como oso de la madriguera. Enciendo una vela y me calzo las botas de piel de foca llenas de hierba seca para que los pies estén bien mullidos y no se enfríen más de lo razonable. Enciendo la estufa y, si se heló el agua, derrito el hielo y me lavo. Abro la puerta, doy dos pasos y ya estoy delante del altar”.
En la segunda parte de este podcast de Atlantic Express hablamos con Guadalupe Carrasco, profesora del Departamento Historia Moderna, Contemporánea, de América y del Arte, para saber de los negocios e intercambios de vinos entre España y Estados Unidos a finales del siglo XVIII y principios del XIX.