Biblioteca Pública - Belén Rubiano comparte el sueño de ser librera en "Rialto 11", las memorias de su aprendizaje en el gremio y el cierre de su local
(Entrevista de Manuel Sollo). Una niña crecida en un pueblo sevillano, obsesionada con la lectura, cumplió su sueño de trabajar entre libros, primero como empleada y luego como propietaria de una librería. Aquella chiquilla es hoy una mujer de 48 años, Belén Rubiano, que cuenta su historia en "Rialto 11" (Libros del Asteroide). Todo comenzó en 1992, cuando consiguió que la dueña de una cadena de librerías de Sevilla la contratara, pese a que por norma sólo daba trabajo a hombres y licenciados. Allí aprendió el oficio y el negocio con tal provecho que, cinco años después, Belén fundó su propio local, Rialto, en el centro de la capital andaluza. Cerró en 2002. En el relato de aquel tiempo, la autora rememora avatares propios de su tarea, algunos tan prosaicos y asfixiantes como los tratos con distribuidores y editoriales. Pero también, un manojo de divertidos sucesos y anécdotas, la creación de una amistosa comunidad de clientes, las relaciones con escritores y colegas de diverso pelaje y una exitosa operación de mercadotecnia, la de colgar una pizarra en la puerta con una cita escrita a tiza, que atrajo a Enrique Vila-Matas. No hay quejas ni reproches desabridos, sino algo de nostalgia transida de humor y una leve ironía en los tragos más tristes y amargos. Aquí comparte unos y otros.