Biblioteca Pública - "La Chana. Bailaora". Antonia Santiago rememora una vida de éxitos artísticos y violencia machista en su biografía, coescrita con Beatriz del Pozo
(Entrevista de Manuel Sollo). Dijo para la historia Tía Anica la Piriñaca: "Cuando canto a gusto me sabe la boca a sangre". Ese sabor antiguo a arte, sufrimiento y lucha late en cada palabra y en cada zapateo de Antonia Santiago, La Chana, gitana rubia de Barcelona. A los 71 años, ha contado su vida en el libro "La Chana. Bailaora" (Capitán Swing), escrito en colaboración con Beatriz del Pozo. Rememora sus dos épocas de esplendor: entre 1966 y 1979 y entre 1985 y 1991, pero también los muchos padecimientos de una biografía azotada por la violencia machista de un marido con el que fue obligada a casarse a los 17 años y que la obligó a retirarse a los 33. Entre medias, La Chana recuerda una infancia feliz pese al hambre de la posguerra, relata cómo aprendió sola, a escondidas, los ritmos flamencos y cómo gestó su genial recreación, el rechazo de la familia -porque "una artista no puede ser una mujer honrada"-, sus primeros éxitos en tablaos de Cataluña y Madrid. Fiel a la Iglesia Evangélica, fue Peret quien la animó a volver a los escenarios. Recorrió el mundo con el espectáculo "Cumbre flamenca", se volvió a casar y lo dejó por voluntad propia. Ahora baila en una silla. Lo hizo en Nueva York en abril de este 2018; ese mes recibió el Premio Nacional de Cultura Gitana del Ministerio de Cultura. Este volumen, que ahora comparte en la Biblioteca Pública de RNE, tiene su origen en el documental sobre La Chana dirigido por Lucija Stojevic.