Biblioteca Pública - Eloy Tizón reflexiona sobre el cuento y la escritura en la reedición de su debut literario, "Velocidad de los jardines", convertido en clásico
(Entrevista de Manuel Sollo). ¿Cómo un leve libro de cuentos ha sobrevivido veinticinco años hasta convertirse en un clásico del relato breve en español? Le ha ocurrido a Eloy Tizón (Madrid, 1964) y el que fuera su debut literario, "Velocidad de los jardines". En 1992, la editorial Anagrama publicó a un escritor desconocido cuyos textos avalaba el reconocido crítico literario Rafael Conte. No tuvo presentación, aunque sí buenas críticas. En su primer año vendió 898 ejemplares y el segundo sólo firmó dos en la Feria del Libro de Madrid. Aquellos once textos han resistido entre iniciados como epifanía renovadora, pero sólo unos pocos guardaban con celo la primera y lejana edición. Ahora la recupera Páginas de Espuma, gracias a la labor de su editor Juan Casamayor. Tizón añade, a modo de introducción, "Zoótropo", una biografía del libro, que es también la suya, y una reflexión teórica y emocional sobre el cuento y el acto de escribir. Allí leemos que su fórmula del cuento es la suma de rigor técnico y compasión humana y que "un cuento se escribe con un poco de música y con un poco de sangre". Nos lo amplía en este diálogo con el autor de "Técnicas de iluminación", su último trabajo.