Biblioteca Pública - Eva Díaz Pérez rescata en "El color de los ángeles" al Murillo humano que pintó también la pobreza de la Sevilla decadente del siglo XVII
(Entrevista de Manuel Sollo). "Pintad el aire, pintad el instante, pintad el silencio. Solo así hallaréis la paz inmortal que buscáis". En el lecho de muerte, Bartolomé Esteban Murillo se preguntará si alcanzó a plasmar el consejo que le dio el maestro Velázquez. Pintor exitoso y genial, permanece postrado tras caer de un andamio cuando trabajaba en el cuadro Los Desposorios de Santa Catalina. Fallecerá apenas tres meses más tarde. Fue en Sevilla, entre enero y abril de 1682. En ese tiempo, evoca su vida, sus años de formación, sus dudas y descubrimientos, los encargos eclesiásticos y los de los burgueses centroeuropeos afincados en este puerto de Indias. A este hombre de 65 años, nacido a orillas del Guadalquivir en 1617, da voz Eva Díaz Pérez en "El color de los ángeles" (Planeta), la primera novela sobre la vida del pintor. La autora trasciende los tópicos sobre el creador que humanizó la Contrarreforma religiosa con sus Inmaculadas. Nos sumerge en el artista que captó lo cotidiano de una ciudad en decadencia, maltrecha por la peste, a través de viejas alcahuetas, niños pobres y mendigos. También aventura ficciones posibles, como ese encuentro en Madrid con el artífice de "Las Meninas" o que utilizara como modelo a su esposa y sus hijos. De todo ello dialogamos con la periodista y escritora sevillana, que se suma con esta ficción a la celebración del cuarto centenario del nacimiento del pintor.