Biblioteca Pública - Fernando Delgado rememora en "Mirador de Velintonia" sus experiencias con el exilio interior y exterior a través de su amistad con Aleixandre
(Entrevista de Manuel Sollo). La memoria de los otros. Así iba a titular Fernando Delgado este libro hasta que comprendió que recuerdos, sensaciones y homenajes iban entrelazados a la vida de Vicente Aleixandre, su amigo y maestro. De ahí que lo haya llamado "Mirador de Velintonia", la casa del poeta que acogió a trasterrados de muy diversos orígenes. De ahí también que lo subtitule "De un exilio a otros (1970-1982)" (Fundación José Manuel Lara). Porque esa es la frontera que marca tanto a los que tuvieron que huir tras la Guerra Civil y durante la dictadura como a los que se quedaron y sufrieron el exilio interior. De la mayoría de ellos da cuenta Fernando Delgado, al abrigo tanto de sus propias experiencias como de las vividas o escuchadas junto a Aleixandre. El autor de "Diálogo del conocimiento" acogió a todas las generaciones de la posguerra, jóvenes o consagrados: de dentro, Carlos Bousoño, Vicente Molina Foix, Francisco Brines, Francisco Nieva o Gil de Biedma; entre los regresados, Francisco Ayala, Max Aub, Rosa Chacel, José Bergamín, Rafael Alberti o Ángel González. Delgado evoca además las libertades arañadas al franquismo en la intimidad de bares y viviendas y el éxtasis de la Transición. Un tiempo y una lucha reconocidos con la concesión del Nobel de Literatura de 1977 al morador de Velintonia. De todo aquello dialogamos con el autor de esta "crónica de cercanía".