Biblioteca Pública - "El hoy es malo, pero el mañana es mío". Salvador Compán novela cómo el arte y el amor redimen a superviviente de la Guerra Civil y la dictadura franquista
(Entrevista de Manuel Sollo). El espanto de la guerra y la supervivencia en la derrota, la culpa de la delación, el sometimiento al poderoso, y un personaje que se redime y recupera su conciencia a través del arte y el amor. En paralelo, los tanteos formativos de un grupo de adolescentes en una oscura ciudad de provincias de los años sesenta. Sobre este andamiaje argumental levanta Salvador Compán su nueva novela, titulada con el verso machadiano "El hoy es malo, pero el mañana es mío" (Espasa). El escenario es Daza, acrónimo de la Úbeda natal del autor y Baeza. Hasta allí llega Vidal Lamarca, joven dibujante anarquista, encarcelado tras la Guerra Civil y salvado del fusilamiento por Sebastián Lanza, un poderoso falangista de negocios turbios y estrechas relaciones con altos mandos del poder, que se convierte en su vigilante protector. Desde la impostura, Lamarca se mimetizará en el paisaje represor, sin identidad y sometido, hasta que la amistad con el pintor Rafael Zabaleta, uno de los personajes reales del relato, y un amor adúltero le devolverán la dignidad y el sentido de la vida. Lo cuenta en primera persona el joven Pablo Suances, testigo juvenil que también revela el difícil aprendizaje en una España que celebraba los "veinticinco años de paz" aislada, dogmática, nacionalcatólica y culturalmente anémica. Sobre esos tiempos y sus supervivientes dialogamos con Compán, quien asume, como su protagonista, que "crear es parecido a arar: hay que levantar la realidad y removerla hasta que nos enseñe sus raíces".