Biblioteca Pública - Jon Bilbao enfrenta al desapego social y el aislamiento voluntario a los protagonistas de "El silencio y los crujidos. Tríptico de la soledad"
(Entrevista de Manuel Sollo). Una anaconda con el don de la palabra le dice a un biólogo que hay dos momentos importantes en la vida: cuando descubres que no eres como los demás, y cuando descubres que no eres tan distinto como creías. En ese dilema se debaten los tres personajes que protagonizan "El silencio y los crujidos. Tríptico de la soledad" (Impedimenta), la nueva novela de Jon Bilbao. Son protagonistas bajo un mismo nombre, Juan, situados en tres lugares distintos y en tres periodos de la historia. Les une la decisión de escapar del mundo, de vivir alejados de la sociedad. En "Columna", narra la existencia de un estilita de la Constantinopla del siglo IV, que, sobre su pedestal, compite con otro anacoreta cercano. El segundo relato, "Tepuy", nos sitúa, a finales de la década de 1970, ante las vicisitudes del científico citado con la serpiente, asilados ambos en una isla entre Venezuela y Colombia. Cierra con "Torre", la odisea de un informático que busca la soledad después de hacerse millonario con una aplicación relacionada con la sexualidad y la intimidad. Los protagonistas han de enfrentarse a la hostilidad del entorno, al poder desestabilizador de la violencia. Su huida de la gente y, en particular, de las mujeres se confronta con una poderosa presencia femenina. Lejos de la idealización, los tres solitarios fracasan en un relato perturbador y claustrofóbico, plagado de sonidos naturales, y de cuyos misterios dialogamos aquí con el autor de los cuentos de "Estrómboli".