Biblioteca Pública - Jorge Dezcallar rememora en "El anticuario de Teherán. Historias de una vida diplomática" su medio siglo de sol y sombra en la política exterior
(Entrevista de Manuel Sollo). Jorge Dezcallar dejó en 2001 una agitada vida de diplomático para sumergirse en las sombras del espionaje, que ya había experimentado. José María Aznar le nombró ese año director del viejo CESID, los servicios secretos del franquismo. Fue el primer civil en el cargo. Reconvirtió aquel organismo obsoleto en un modernizado Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Culminaba así una vocación que descubrió a los doce años. Parte de ella la contó en "Valió la pena. Una vida entre diplomáticos y espías", libro que compartió en la Biblioteca Pública de RNE. A sus 75 años, amplía el foco y relata aquello que puede contar de su amplia experiencia en "El anticuario de Teherán. Historias de una vida diplomática" (Penínusla). Vivencias terribles de cárceles y refugiados, simpáticas o conmovedoras anécdotas, noches al raso y en palacios, trato con reyes, presidentes y papas. Un largo camino que va de la Guerra Fría al Teherán islamista, del despacho oval de la Casa Blanca a las sutilezas del Vaticano, de procesos revolucionarios al terrorismo integrista. En el relato, y la voz, de Dezcallar recorremos los últimos 45 años de la política exterior española, con paradas en cargos y ministros del PSOE y el Partido Popular, con gestas y fracasos. Lamenta que la presencia internacional de España haya perdido fuste respecto a la época de la Transición.