Biblioteca Pública - Salvador Pániker desafía con honda lucidez la devastación de la vejez en "Diario del anciano averiado", el cuarto tomo de sus dietarios
"¿Soy un anciano jubilado y con artrosis, o un hombre todavía joven, aunque con molestias en el cuerpo?". Aceptar las humillaciones de la vejez con la entereza de quien desborda una vitalidad fuera de lo común a sus 88 años. Lo descubrimos en el ingeniero y filósofo Salvador Pániker (Barcelona, 1927) y su cuarto tomo de dietarios, "Diario del anciano averiado" (Literatura Random House), en el que revela que verbalizar las emociones es sanador. Estas anotaciones, que datan de entre 2000 y 2004, ofrecen reflexiones filosóficas, religiosas y científicas, aconteceres cotidianos, sociales, privados e íntimos, de actualidad y políticos, recuerdos de familiares y amigos presentes o idos, la aceptación del paso del tiempo entre achaques leves, la sombra de la muerte y la defensa de la eutanasia, pero también el amor y el sexo, la literatura y la escritura. Son textos híbridos y fragmentarios, sinceros en la crudeza y la ternura, porque, escribe Pániker, y nos cuenta aquí, "la escritura es vida" y "morir importa menos que escribir".