Biblioteca Pública - "Sangre, sudor y paz. La Guardia Civil contra ETA", un análisis desde dentro del fin de cincuenta años de terror junto a la voz de las víctimas
(Entrevista de Manuel Sollo). La banda terrorista ETA ha dejado un rastro de 860 personas asesinadas en medio siglo de atentados. De ellas, 215 eran guardias civiles y otras 17, familiares de agentes, incluidos once niños. El instituto armado fue el principal objetivo etarra desde su primera víctima, José Pardines, en 1959. También ha sido el colectivo que con más determinación trabajó por el fin del terrorismo vasco, el único en el mundo derrotado sin contraprestación. Así concluye el libro "Sangre, sudor y paz. La Guardia Civil contra ETA" (Península). Lo firman el coronel Manuel Sánchez Corbí, con 25 años de experiencia antiterrorista, el escritor Lorenzo Silva y el periodista Gonzalo Araluce, cuyo abuelo fue asesinado por ETA. Sus páginas reflejan la evolución de los terroristas, de pequeño grupo antifranquista a los crímenes masivos y las disidencias internas. En paralelo, asistimos a la modernización de los métodos de la Guardia Civil, sus infiltrados, los errores de la guerra sucia, sus trece actuaciones contra la cúpula etarra. En este largo proceso, destaca el viraje francés, de santuario a una colaboración decisiva. Y sobre todo ello, las voces de las víctimas y sus allegados, los funerales casi clandestinos, el silencio cómplice de gran parte de la sociedad vasca. Así, hasta la reacción política y cívica que desató el asesinato de Migue Ángel Blanco y que inició el declive, hasta la desaparición, de cincuenta años de terror.