911. Biblioteca Pública. Rosa Belmonte y Emilia Landaluce enredan en La mala víctima una trama gaditana sobre crímenes, cloacas, periodismo y clases sociales
(Entrevista de Manuel Sollo). El cadáver de una joven guapa y de buena familia aparece en una finca entre El Puerto de Santa María y Sanlúcar de Barrameda, la Costa de la Luz gaditana. Una veterana periodista de sucesos, Socorro Núñez, se traslada desde Madrid para investigar lo ocurrido. Ella es la detective del caso. Este es el inicio de la trama de La mala víctima (Espasa), la primera novela de las periodistas Rosa Belmonte y Emilia Landaluce. Las pesquisas llevan a una sucesión de sospechas sobre pinchazos en discotecas, sumisión química, violadores… y policías y expolicías que coquetean con las cloacas del Estado. En paralelo, el trabajo de la reportera nos coloca ante los problemas del periodismo actual, la digitalización de la prensa, la búsqueda incesante de clics, la tentación sensacionalista y el control de la información a través de fuentes interesadas. Y el tercer sustento de la historia gira en torno al conflicto de clase y los complejos e inseguridades que abruman a la protagonista, ya que su madre es la sirviente de la rica familia que la acoge durante su estancia en El Puerto, unos señoritos propietarios además del periódico en que Socorro trabaja.