Biblioteca Pública - Rosario López da voz en "Los besos secos" a una mujer joven que deconstruye su precaria vida tras una ruptura amorosa
(Entrevista de Manuel Sollo). Una ruptura amorosa aboca a mujer joven a la soledad y al vacío. Su voz suena como un torrente desbocado en la novela de Rosario López, “Los besos secos” (Bala Perdida). Desolada, deambula por la casa que fue de dos y le habla al ausente que ha dejado un cuerpo muerto y una memoria rota. Ajustará cuentas con la foto del amado, con su forma de ser, con su recuerdo; también con sus propias dudas e inquietudes. En ese torbellino que la consume, Lucía, la protagonista, afronta un presente de trabajo precario, cuestiona sus afanes por ser actriz, regresa a una niñez de pueblo sevillano en la que soñaba con África, se aferra a la madre trabajadora y a su feminismo primario y superviviente. Hay un eco generacional en su desgarro, en el deseo sexual, en sus relaciones, en su incertidumbre ante la maternidad. “No es una novela, es un poema”, escribe Lara Moreno en el prólogo. El barrio madrileño de Malasaña, reivindicado como Maravillas, se cuela en sus versos, en sus bares, en su cultura. Allí donde vivió también la autora, sevillana de 1985, que también se fue a Madrid para ser periodista, editora y escritora.