El Sínodo de la Iglesia, esa especie de consejo asesor del papa, que lleva reunido desde la semana pasada haciendo recomendaciones, apuesta por abrir la mano y acoger a aquellas personas que conviven sin necesidad de estas casadas. Los obispos creen que hay que tener en cuenta los valores positivos que unen a las parejas casados por lo civil o simplemente en convivencia. Además consideran que los homosexuales "tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana". Así lo han expresado en el Relatio post disceptationem, documento que se publica este lunes y marca el ecuador del Sínodo de la Familia en el que se perfila una nueva pastoral de esta institución, que presentará un documento final al papa Francisco a finales de esta semana.