La luz vuelve a iluminar a Einstein. El neutrino no es más veloz que ella. El más revolucionario descubrimiento de los últimos tiempos es un fiasco. Un cable de fibra óptica que unía el GPS con la tarjeta electrónica de un ordenador funcionaba mal. Lo ha descubierto el equipo italiano que participaba en el proyecto. En septiembre se desveló que estas micropartículas habían recorrido los 730 kilómetros que unen el laboratorio CERN en Ginebra y el Gran Sasso, 60 nanosegundos antes de los previsto. Es decir, viajaron más rápido que la luz. De esta manera se franqueaba la última barrera, la de los 300.000 kilómetros por segundo. Ahora sabemos que dentro del propio grupo de científicos había quienes dudaban del resultado. Pero también hay quienes dudan de los que dudan y proponen nuevas investigaciones. En menos que un suspiro se juegan muchas de las teorías fisicas que han sustentado las últimas décadas. Quizás, por eso, lo mejor sea volver a realizar la prueba. Después de comprobar que todos los aparatos funcionan correctamente, claro.