Más que una pregunta es un comentario

En la penumbra de cada turno de preguntas, él emerge: el saboteador del sentido común. Armado con su Moleskine negra y una tote bag de La Central, su comentario no ilumina, no interroga; solo dispersa. Pero detrás de su gesto aparentemente banal, se esconde algo más siniestro: un engranaje diseñado para perpetuar el caos y proteger las estructuras del poder. Porque, en un mundo al borde del cambio, no hay acto más destructivo que un "Yo más que una pregunta, tengo un comentario".