El pasado domingo se celebró el Dia Mundial del Parkinson. Una enfermedad degenerativa crónica, que afecta a unos 5.000 cántabros, y que todos relacionamos de inmediato con temblores, pero que tiene mucha más sintomatología. Estos pacientes sufren problemas motores generalizados, que afectan a la marcha o incluso al habla. Las consecuencias de la pandemia, confinamiento y restricciones en el contacto social, han contribuido a deteriorar más a estos pacientes, que necesitan hacer ejercicio todos los días, y se benefician de la actividad en una serie de talleres que ahora tienen suspendidos.
El Parkinson no mata. Es una enfermedad crónica que impone una serie de limitaciones contra las que el paciente tiene que luchar cada día. Como explica la psicóloga de la Asociación Cántabra de Parkinson, Nuria de la Arena, ¿es un trastorno motor, que provoca lentitud, pérdida de los movimientos espontáneos, rigidez, y el conocido temblor. Es una enfermedad progresiva a lo largo del tiempo.