Hoy nuestras Carreteras Secundarias nos llevan hasta Cerezo de Abajo, en la provincia de Segovia.
Entre los atractivos turísticos de este pequeño pueblo de poco más de 100 habitantes, además de la iglesia románica de San Román, está un paraje natural inigualable.
A menos de un kilómetro del casco urbano hay una amplia pradera, plagada de encinas y robles centenarios y bañada por el arroyo de la Garganta. Se trata de "La Dehesa", un entorno natural que en los años 90 se convirtió en parque recreativo municipal.
Cada 15 años sale a concurso su concesión y se puede explotar tanto el pequeño restaurante construido junto al arroyo, como las piscinas naturales con las que cuenta.
Pues bien, hace 3 años, una joven pareja decidió hacerse cargo de la concesión y lejos de conformarse con explotar las instalaciones con un proyecto hostelero, dio un paso más y emprendió un viaje basado en la ecología.
Han puesto en marcha un proyecto de recuperaicón de la zona, con el objetivo de plantar 200 arboles y también instalar nidos para las aves y, comederos y bebederos para los anfibios.
Además organizan actividades con empresas de la zona, como rutas a caballo o excursiones, siempre con el respeto al medio ambiente como bandera.
Un proyecto que además de atraer a visitantes y generar empleo (unos 10 contratos en temporada alta) pone en valor a los productores locales gracias a su política de kilómetro cero, apostando por productos de proximidad.
Un ejemplo de que la naturaleza también puede ser un activo para poner en valor desde nuestros pueblos.