Dos colores en este amanecer de lunes: El azul y el verde. Son los que predominan en el mapa político tras las elecciones municipales de la pasada noche.
Se esperaba una madrugada emocionante, de escurtinia al límite, voto a voto, papeleta a papeleta y así ha sido también aquí en Castilla y León. La participación ha bajado en Castilla y León hasta el 67,9 por ciento, 3 puntos menos. Y el cielo que amanecía encapotado y con alguna lluvía hacía pronosticar una mayor abstención. Se notaba y lo pulsábamos en la calle con nuestros micrófonos. MIentras otros apelaban al derecho y a la obligación del voto.
Y esa expresión dio paso a lo que ya llevamos escuchando toda la mañana, el denominado cambio de ciclo. El PP ganaba las municipales en el conjunto de CyL, como titular y como subtítulo la alianza PP-VOX como fórmula de gobierno en lo autonómico podría extenderse a los ayuntamientos. Lo necesitaría sobre todo los tres consistorios que cambian de signo, Valladolid, Segovia y Burgos. Dos mayorías absolutas una del PP en Salamanca y otra del PSOE en Soria. En Ávila, Por Ávila revalida el triunfo e Izquierda Unida tiene que decidir si gobierna en minoria o pacta con el PSOE. Pactos que también se necesitan en León, Ponferrada y Palencia.
Formación la de Abascal, clave en estos comicios que se convierte en llave de consistorios y por delante tres semanas de negociaciones para ver cómo quedan conformados los salones de plenos.
Ahora comienzan las otras jornadas de reflexión, las de los partidos políticos.