El país transalpino está viviendo esa fase de la pandemia que los expertos denominan como "meseta", en la que no hay grandes variaciones en el número de nuevos casos y que, si todo va según lo previsto, debería ser la antesala de la remisión de la enfermedad. Las cifras, con todo siguen siendo altas: hay más de 85.000 ciudadanos italianos afectados, los curados se acercan a los 20.000 y, lamentablemente, más de 14.600 personas han perdido la vida por culpa de la COVID-19, 766 desde ayer.
Por otro lado, las autoridades italianas empiezan a sugerir que las medidas de confinamiento no empezarán a levantarse al menos hasta mediados de mayo, aunque oficialmente estarán en vigor hasta el 13 de este mes de abril. Mientras, ciudades turísticas como Roma o Milán, estudian cómo hacer frente al fuerte parón económico. Informa Sagrario Ruiz de Apodaca.