Es un hombre que estudió medicina en una época en la que se era doctor de la boca porque no se estudiaba odontología como tal. Dedicó una parte de su vida a la medicina pública y privada como dentista, otra parte a la docencia en la facultad dónde creo el máster de odontología social. Para entonces ya había estado en muchos países iberoamericanos conociendo lamedicina comunitaria y social que luego decidióaplicar en España y, en concreto, en su tierra Andalucía. Porque no hay que viajar tan lejos para darse cuenta de que a tan sólo unos metros hay familias vulnerables, personas que no pueden pagar una consulta privada para ir al dentista y cuidarse la boca. Incomprensiblemente, la seguridad social en nuestro país cubre casi todo pero no la salud bucodental, salvo excepciones en alguna comunidad autónoma para niños y a algún colectivo con programas concretos. Pero no es unaatención universal. Y ello conlleva que se acrecienten las diferencias sociales. Lucir una bonita sonrisa puede lograr un puesto de trabajo en una entrevista, una sonrisa sin dientes probablemente siga en el paro por mucho tiempo. Es una realidad que el doctor Castaño corrobora a diario. Porque la baja autoestima va ligada también a esa sonrisa, a no sentirse despreciado por la sociedad.
Con este fondo nace la Fundación Odontología Social Luís Séiquer, en nombre de su abuelo, que impulsa Antonio Castaño, invirtiendo suspropios recursos y formando equipos para atender a todos los que necesitan cuidarse la boca. La sede está en Sevilla y allí atienden a hombres y mujeres de muchos colectivos pero año tras año y ya llevan unos cuantos han ido abriendo consultas en otras ciudades andaluzas. Además, participan en proyectos para mejorar la salud bucodental demujeres víctimas de violencia de género, mujeres que ejercen la prostitución, inmigrantes como los que llegan al Centro de Estancia Temporal de Melilla dónde tienen también una sede o a personas mayores vulnerables y sin recursos. Este hombre, alegre y positivo que arranca sonrisas, se ha rodeado de un equipo que como él libran una batalla a diario para llegar a cuántas más personas mejor. Porque son 10 millones, en Andalucía 1 de cada 4 personas, las que no tienen acceso a una salud bucodental gratuita. Personas vulnerables que apenas sobreviven con lo que tienen y prefieren olvidarse de su boca o se resignan a no sonreír cuando en la Constitución sí les otorga ese derecho universal a la salud. Además, como bien aclara el doctor Castaño, una buena salud bucodental previene de problemas como la diabetes o problemas estomacales o cardiacos que al final suponen un coste mucho mayor para la seguridad social.