Hortensia es una monja que ha vivido 20 años como monja de clausura en diferentes conventos pertenecientes a la orden del Carmelo. Ahora trabaja en una inmobiliaria y es feliz viviendo su vocación en liberad. Entró siendo una jovencita convencida y salió con depresión tras sufrir abusos y malos tratos como lo relata en su libro 'Cuidemos la vida consagrada' para que otras monjas identifiquen lo que les pasa si son maltratadas y no se callen.
A ella le costó dejar la vida monacal, intentó encontrar su lugar pero en el tercer convento que vivió se repitieron los abusos dictatoriales de la priora además de sentirse totalmente desplazada por el gueto de monjas peruanas que, apoyadas por la priora, se querían quedar con el convento. Hortensia hizo varios intentos de contarle a un obispo lo que le pasaba pero no le apoyó. Al contrario, le recomendó que aguantara todo lo que pudiera o bien que se marchara si ya no podía más. El obispo no quería represalias.
Finalmente, a los 41 años Hortensia es invitada a marcharse. Decide secularizarse pero antes tiene que hacer frente a la vida mundana. Subirse a un autobús le parecía un mundo cuando salió del convento para ir a casa de sus padres y pensar en su futuro. Han pasado ya 5 años pero hasta ahora no se ha visto capaz y fuerte psicológicamente de nuevo para abrir las puertas del pasado vivido en esos conventos dónde se sintió anulada como persona y contarlo en primera persona. Es una mujer valiente que lo ha superado. Otras mujeres se quedaron por el camino hundidas y totalmente desorientadas.
La esperanza de Hortensia contando su historia a los cuatro vientos es que gracias a su testimonio otras monjas que actualmente están sufriendo acoso y abusos de todo tipo, salgan de su anonimato y sean conscientes del maltrato psicológico que padecen debido al exceso de autoridad que algunas prioras ejercen dentro de un convento de clausura.