Rompió el muro del silencio sobre los trasplantes y ha sido pionero en sacar el hospital a la calle para sensibilizar, informar y pedir donantes. Sus enfermos se morían pero él sabía que un donante puede salvar muchas vidas.
De hecho, de un donante joven se pueden salvar hasta 7 vidas. Este hombre que a sus 70 años sigue viviendo su vocación por salvar vidas con la misma pasión del primer día. Fue pionero en entrar a las familias a las Unidades de Cuidados Intensivos para humanizar esos lugares y demostrar que la ciencia no está reñida con el calor humano a los enfermos. También vivió como había enfermos en las listas de espera que nunca llegaron a contar con una segunda oportunidad gracias a un trasplante porque no había donaciones. Esa angustia le llevó a él y a todo su equipo a informar de lo que significaba una donación. Una muerte que se puede transformar en vida, en mucha vida.
Acabó siendo el coordinador de trasplantes en Sevilla y Huelva del hospital Virgen del Rocío de Sevilla y a depender de una llamada para coordinar un trasplante a cualquier hora y día. Una llamada que podía salvar vidas y movilizaba a un equipo técnico y logístico muy eficiente preparado para luchar contra el tiempo para que el órgano llegara lo antes posible y en las mejores condiciones al quirófano.
Desde entonces no ha dejado de fomentar los trasplantes y de sensibilizar para que sean muchas las familias que digan sí cuando se les propone, incluso en circunstancias tristes y muy difíciles porque se están despidiendo de un ser querido. Pero esa muerte se puede transformar en muchas vidas.