Algunos magos negros exteriorizan los más bajos instintos creando desde su propia mente demonios tan nocivos como horrendos. Otros hechiceros convocan a las huestes de la oscuridad a través de la magia salomónica, empleando los talismanes, sellos y círculos cabalísticos para la consecución de la evocación infernal. En los subplanos del plano astral anidan estas energías malignas tan buscadas por los satanistas.
El ocultista Manly Palmer Hall explica en su obra de dónde provienen esos seres tenebrosos. No siempre hay que buscarlos a través del hombre. En las profundas regiones del abismo viven los demonios que cruzan la otra dimensión por medio de la vibración. La oscuridad hace brotar el mal, que desde lo prohibido descarga la furia incontenible. El mago negro atraviesa la tiniebla para obtener poder, siendo engullido por el maelstrom del plano astral.