Es el lema de la campaña lanzada por Oxfam Intermón en Paraguay, el país de América Latina con más desigualdad en la distribución de tierra. Con esa campaña, como ha explicado a Diario América, el director de esa ONG en Paraguay, Óscar López, se pide al presidente Horacio Cartes que restituya a unas 200 familias del Curuguaty unas 2000 hectáreas de tierra que en 2004 un juez otorgó a un empresario privado, contraviniendo las leyes del país. Son las mismas tierras donde en 2012 se produjo una matanza de 11 campesinos y seis policías, durante una protesta de los campesinos, que aún está pendiente de juicio que se prevé para finales de junio.
El procurador General del Estado y el director del Instituto de la Tierra afirman que hay un plan del ejecutivo para recuperar esa tierra fértil para los agricultores más pobres, porque en Paraguay la tierra pública que no se trabaja se debe otorgar por ley a las familias campesinas. Ahora esas 2000 hectáreas se han unido a otras 68.000 en manos privadas que se dedican al cultivo de soja transgénica. Paraguay ha expandido el cultivo de ese producto en más de una década de 300.000 hectáreas a 3.500.000. Eso ha obligado a abandonar el campo a muchos jóvenes que han emigrado a España y otros países, hasta 900.000 los han hecho en ese tiempo.
Solo un 2% de los habitantes del país poseen el 85% de las tierras. Además el cultivo de la soja transgénica está impactando de forma negativa en los cultivos, en la salud de los animales y las personas por los pesticidas que se utilizan. Además de la presión económica, porque ha encarecido el precio de la hectárea de tierra que los agricultores pobres no pueden comprar (30/04/14).