Programa totalmente repartido en dos mitades casi iguales con dos grupos invitados.
En la primera media hora, Els Amics de les Arts que se trajeron instrumentos para la g.a.t.o. para la posteridad (de hecho, abrimos el programa con su interpretación) y luego fue el turno de charla sobre la acogida dispensada a ese disco "Només d'entrar hi ha sempre el dinosaure" que acaba de conseguir el pertinente disco de oro (20.000 copias vendidas) como lo consiguieron los dos anteriores. Joan, Ferran, Eduard y Dani siguen empastando las voces a cuatro, a tres, a dos... como les da la gana. Continuan triunfando y superando retos de llenar locales en la geografía catalana mientras que conquistan otros territorios no neceariamente tan cercanos. Este viernes hacían un acústico en Blanquerna, en Madrid, como prólogo a lo que será su actuación el 28 de mayo en El Sol. Está reciente su llenazo en el Gran Teatre del Liceu en Barcelona, les espera el Grec el 30 de julio dentro de los actos conmemorativos de sus diez años de vida y también está reciente su minitour por Uk e Irlanda.
Desde las cinco y media fue el turno para escuchar las dos canciones que ya conocíamos (las del single digital que salió el pasado día 14) y alguna nueva-nueva de lo que será en junio "Red red skies" el diez pulgadas de ocho canciones de la nueva aventura de quienes llevan a cuestas la nombradía de notables del principio del territorio indie (Talulah Gosh, Heavenly, Marine Research, Tender Trap....) ahora tras el nombre de The Catenary Wires y que cuenta como cabezas visibles (y únicos miembros pues es formación de dúo) a Amelia Fletcher y Rob Pursey. Se han estrenado en directo con este perfil novedoso en una galería de arte en Bristol en una fiesta organizada por sus amigos del mítico sello Sarah Records. Aquí, la cita es este sábado en la sala Siroco en una fiesta Elefant que abrirán Los Bonsais y cerrrarán Axolotes Mexicanos. Por medio, con su guitarra, su melódica y sus voces, los responsables de estos sonidos dintintos (impregnados de melancolía) a los de toda la vida, quizás porque ya no viven en Londres y sí lo hacen en medio del campo.