El siglo XIX es una de las épocas más convulsas de la Historia española donde abundan los golpes de estado, pronunciamientos militares, cambios de régimen y sublevaciones. En este siglo sobresale un hombre que será un héroe para el pueblo: Baldomero Espartero. Fue tan popular que los hombres se dejaban barba y perilla, como él, y a los niños se les bautizaba con el nombre de Baldomero.
Espartero fue, ante todo, un general liberal, monárquico y constitucionalistas, para quien la voluntad nacional era la base de cualquier régimen político.
Empieza su andadura profesional como soldado en la Guerra de la Independencia en 1809. Después, aprende estrategia sobre el terreno durante la guerra con las colonias americanas en Perú, donde permanece diez años. Pero su gran éxito como militar, que le lleva a Jefe del Ejército, será la victoria en la batalla de Luchana en 1836, durante el sitio de Bilbao en la Primera Guerra Carlista.
Precisamente sus éxitos militares son los que le impulsan a la carrera política. La regente María Cristina primero y su hija Isabel después, querrán beneficiarse de esa popularidad de la que goza el Duque de la Victoria. Aprovechamiento que también intentaran los partidos políticos de la época.
Espartero entra en política de la mano del Partido Progresista y se convierte en regente tras la dimisión de María Cristina en 1840. Los vaivenes partidistas le llevarán al exilio, a Londres, para volver cuatro años después y ser nombrado Presidente del Gobierno.
A pesar de sus dotes militares, Espartero nunca fue un buen político, a juicio de sus biógrafos, pero sí tuvo siempre el cariño y la admiración de la gente, quizás, porque era uno de ellos. Baldomero Espartero fue un hombre del pueblo que, incluso, llegó a ser propuesto para rey, tras la renuncia de Isabel II al trono en 1868.
Histórico de emisiones:
12/01/2019
