La población menorquina de Mahón protagonizó un poco conocido episodio de solidaridad al acoger a los supervivientes del acorazado Roma, buque insignia de la armada italiana hundido por la aviación nazi, en plena Segunda Guerra Mundial. Más de quinientos náufragos, junto a otro millar de tripulantes de las naves que acudieron en su auxilio, permanecieron cuatro meses internados en ese puerto balear.
El ataque se produjo el 9 de septiembre de 1943, cuando la flota italiana navegaba hacia Argelia para ponerse a disposición de los aliados. La transferencia inmediata de las naves era una de las condiciones del armisticio que el gobierno del mariscal Pietro Badoglio acababa de firmar con las fuerzas angloamericanas, un cambio de bando que desató la represalia alemana. Dos grupos de bombarderos Dornier atacaron la flota con bombas de precisión Fritz X, los primeros proyectiles radioguiados de la historia. Dos impactaron de lleno en el Roma, que se hundió tras sufrir un violentísimo incendio que mató, entre otros muchos, al almirante Carlo Bergamini, comandante en jefe de la armada italiana. Otros mil trescientos hombres perecieron abrasados o ahogados.
Siete buques de la flota rescataron a los supervivientes; el estado de muchos era crítico y los puertos italianos, acosados por la Luftwaffe, no eran lugares seguros. Finalmente pusieron rumbo a las islas Baleares, al ser España un país no beligerante en la contienda. Casi todos fueron acogidos en el Hospital de la Isla del Rey –instalación militar del puerto de Mahón– y en una cercana base naval. Otro pequeño grupo acabó en Sóller (Mallorca).
De la convivencia entre la población de las islas y los inesperados visitantes nacieron amistades, amores y un vínculo emocional de por vida. Aunque el paso de los años y la interminable lista de horrores de la Segunda Guerra Mundial han difuminado el recuerdo, un grupo de descendientes de los náufragos se empeña en mantener viva la memoria. Sus huellas físicas son un mausoleo en el cementerio de Mahón y el pequeño museo instalado en las salas que ocuparon los heridos en el Hospital de la Isla del Rey, un inmueble en proceso de restauración.
El responsable de esta sala conmemorativa, Mario Cappa, participa en el documental de Álvaro Soto "Los supervivientes del Roma, náufragos de guerra en Baleares". El programa recrea las circunstancias del hundimiento y la posterior acogida en Mahón y Sóller con la ayuda de varios descendientes: Bruno de Marchi, Valnea Tavolieri, Andrea Amici, Viola Amici, y Roberta Vacca Torelli. Además se han recogido los testimonios directos de Sor Demetria Bragado, religiosa que atendió a los heridos, y Toni Pons, mahonés que convivió con los marineros italianos. También se rescatan grabaciones históricas de los supervivientes Mario Varrone, Marco Biancoe Italo Pizzo. El documental se completa con las voces del general retirado Luis Alejandre, presidente de la Fundación Hospital de la Isla del Rey; los integrantes de ese colectivo Toni Barber y José Barber; y los zoólogos Valentín Pérez-Mellado y Alicia Isabel León, investigadores de la fauna endémica del islote donde se asienta el antiguo hospital militar.