Nació en 1444 en la localidad sevillana de Lebrija como Antonio Martínez de Cala en una familia de agricultores acomodados dueños de sus tierras, pero, debido a su identificación con las familias de la antigüedad romana que habitaron la Bética, cambió su nombre por el de Elio Antonio de Nebrija.
Tras pasar unos años como bachiller en Artes en Salamanca, su estancia en la universidad de Bolonia le cambió su carrera. De allí regresó convertido en un humanista y un gramático. Su objetivo principal será entonces recuperar el latín clásico deteriorado por las delirantes interpretaciones del latín medieval. Con este propósito escribió en Salamanca, donde ejercía como catedrático de Gramática Sus Introductiones latinae, un manual para el conocimiento del latín que tuvo mucho éxito en Europa.
Nebrija fue un hombre bien relacionado con el poder. Mantuvo buenas relaciones con personas de la talla del cardenal Cisneros, el arzobispo Fonseca o la propia reina Isabel la Católica. Relaciones de las que supo sacar el beneficio necesario para poder dedicarse a su obra filológica y humanista.
Precisamente al servicio del maestre de la Orden de Alcántara, Juan de Zúñiga, con quien pasó veinte fecundos años, publicó su famosa Gramática del castellano, la primera completa en lengua romance. Obra que se adelantó a su tiempo y que servirá para las gramáticas de las lenguas amerindias. También compuso dos diccionarios, latín-español y español-latín, y, como buen humanista, ensayos sobre temas variados como la medicina, el derecho o la educación.
Nebrija también decidido impulsor de la imprenta en Castilla y uno de los primeros autores en escribir directamente para ella. Su visión de la modernidad le llevó a hacer un hábil uso de los privilegios reales para recibir regularmente sustanciosos derechos de autor.
Sin embargo, su celo en depurar el uso del latín le llevó a querer enmendar los errores gramaticales que, en su opinión, arrastraba La Biblia. La Inquisición le puso en el foco y solo la intervención de su amigo, el cardenal Cisneros, evitó el proceso abierto por el Santo Oficio.
Nebrija pasó sus últimos años en Alcalá de Henares, acogido precisamente por Cisneros, donde murió el 2 de julio de 1522, a los 78 años.
Elio Antonio de Nebrija, la lengua compañera del saber, con guion de Modesta Cruz, recorre la vida del humanista andaluz con la intervención de especialistas en su vida y obra: el académico y escritor, Darío Villanueva; Pedro Martín Baños, uno de los máximos expertos en Nebrija; el lingüista José Antonio Millán, autor de una reciente biografía del personaje; y el profesor Diego Moldes, coordinador de la Comisión Quinto Centenario de Antonio de Nebrija.