Arte y política son los fundamentos de la vida de Josep Renau. Pintor, fotomontador y muralista, exploró las vanguardias artísticas del siglo XX desde la óptica del compromiso social y su militancia comunista.
Josep Renau comienza su camino artístico en su Valencia natal. Con trece años ingresa en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos y, después, gracias a un trabajo en un taller de litografía, se introduce en el mundo de la cartelería y la ilustración gráfica.
También desde muy pronto siente su compromiso político; rechaza el arte elitista y aboga por que se acerque a la gente. Empieza a relacionarse con grupos anarquistas y, finalmente, en 1931 ingresa en el Partido Comunista al que será fiel toda su vida.
Se desarrolla influido por el dadaísmo y el surrealismo y gana algunos concursos de carteles. Pero serán los trabajos del fotomontador alemán John Hartfield los que le muestren cómo el arte puede contribuir a la transformación social.
Al poco de comenzar la Guerra Civil, Renau es nombrado director general de Bellas Artes. Organiza el traslado de las obras del Museo del Prado a las Torres de Serrano en Valencia, dentro de la operación de salvamento del Tesoro Histórico-Artístico Español. Poco después viaja a París para la realización del Pabellón Español de la Exposición de París de 1937. Allí propone a Picasso la realización de la obra central, lo que finalmente será el Guernica.
Tras la guerra se exilia en México donde crea, junto al artista mexicano David Alfaro Siqueiros, el famoso mural Retrato de la burguesía para la sede del Sindicato Mexicano de Electricistas. En el país americano se va a ocupar, principalmente, de hacer carteles de cine, un trabajo que consideraba alimenticio y del que nunca se sintió orgulloso. No obstante, allí inicia la que, según los críticos, será su mejor obra, The American way of life, una serie de fotomontajes donde critica el modo de vida americano, utilizando las propias herramientas de la publicidad.
En 1958 Renau se traslada a la Alemania del Este para dedicarse solamente a trabajos de contenido político. Aunque se enfrentó a la burocracia estatal, logra realizar algunos murales al aire libre que consideró un buen ejemplo del arte público y colectivo.
España reaparece en sus últimos años de vida. Recibe una invitación para participar en la Bienal de Venecia de 1976, donde tendrá la ocasión de exponer completa, por primera vez, su serie The American way of life. Aunque el ayuntamiento de Manises le ofreció un taller para que se asentase en España, la muerte le sorprendió en Berlín, en octubre de 1982.
Documentos RNE recorre la vida y obra del artista valenciano de la mano de Modesta Cruz, que cuenta con la participación de los historiadores del Arte, Miguel Cañadas y Jaime Brihuega; su biógrafo, Fernando Bellón; y el ilustrador Javier Parra, que ha montado El trabajador futuro en el comunismo, un mural proyectado por Renau, pero que no logró realizar.