El 2 de marzo de 1974 se produjeron las últimas ejecuciones en España por el método del garrote vil. Estos estremecedores hechos sacudieron a una sociedad que ya atisbaba el final de la dictadura, toda vez que la salud de Franco se iba deteriorando visiblemente.
Salvador Puig Antich, un estudiante barcelonés de 25 años, militante anarquista y miembro del MIL -Movimiento Ibérico de Liberación- fue una víctima propiciatoria del régimen y de su barbarie. Se le acusó de la muerte del subinspector de policía Francisco Anguas Barragán, sucedido en el tiroteo que se produjo cuando iban a detenerlo, pero las circunstancias reales de aquel suceso nunca fueron debidamente aclaradas.
Durante el consejo de guerra, carente de la mínima garantía procesal, ETA asesinó al presidente del gobierno, Carrero Blanco. El régimen clamaba venganza: Puig Antich fue condenado a muerte. Pero aún se buscó el medio más cruel para ejercerla: el garrote vil. El mensaje que se quería transmitir estaba claro: los vencedores de la guerra civil seguimos fuertes y tenemos el aparato del estado para utilizarlo contra los disidentes.
Para elaborar este documental, con guión de Ricardo Aguilera, hemos contado con el testimonio de las hermanas de Salvador: Carmen, Montse e Inma, que acompañaron a su hermano en la noche previa a la ejecución; y de Ricard de Vargas, ex-militante del MIL y compañero de Puig Antich. También escucharemos las voces del profesor de Historia de la Universidad Complutense de Madrid, Gutmaro Gómez Bravo; de Francesc Escribano, autor del libro Cuenta atrás. La historia de Salvador Puig Antich; de Manuel Huerga, director de la película Salvador; y de Raúl Riebenbauer, autor del libro El silencio de Georg.