Casi todos sabemos lo que significa para el medio ambiente la extracción de recursos fósiles, las emisiones de estas fuentes de energía o la basura tecnológica, pero hay otra basura que generamos cuando navegamos en la red o usamos aplicaciones informáticas, que no se ve, y tiene que ver tanto con las energía utilizada en por el hardware que posibilita las casi infinitas operaciones en Internet, como el que consume cualquier software, en menor o mayor medida. Este último está siendo un nuevo campo de investigación para informáticos y ambientalistas del que se habla menos. ¿Te imaginas una etiqueta de consumo al lado de la aplicación que quieres instalarte en tu móvil? Con los coches o los electrodomésticos no tienes que imaginarlo porque ya existe.
Todas las acciones que hacemos en la red consumen recursos, energía, y por tanto aportan centímetros al diámetro de pisada de la huella de carbono y en este pastel cualquier trozo importa. Greenpeace prevé que las emisiones de efecto invernadero del sector informático alcancen el 14% de las emisiones mundiales en 2040.
Este raportaje cuenta con los testimonios de Joana Moll, artista e investigadora; Coral Calero, doctora en Informática, investigadora del impacto del software en el medioambiente y miembro del grupo de investigación Alarcos; Enrique Onieva, investigador en Inteligencia Artificial, Ciencia de Datos y profesor en la Universidad de Deusto; y Tatiana Nuño, responsable de la Campaña de Energía y Cambio Climático de Greenpeace España.