Bienvenid@s a un bosque habitado por dos fenómenos espectaculares de la Naturaleza.
Uno fenológico y otro humano. Uno estacional y otro con madreñas. Ambos universales y ambos sorprendentes, tanto, tanto, que no sabemos de cuál hablarte primero.
Empezamos por el otoño más bello jamás descrito por la voluntad naturalista, poética y un poco enajenada de Joaquín Araújo. El otro es nuestro primer mutualismo con el gran Rodrigo Cuevas, mucho más que un agitador folclórico, ecológico, ideológico, tradicional y rompedor, inspirador e inspirado…
El otoño está ahora mismo trabajando para garantizar los futuros. El otoño nos regala juegos de luz y de agua. El otoño es el espectáculo de más alta categoría estética. Suceden acontecimientos como el de las telas de araña que cazan el rocío. Y si te levantas por la mañana, y te colocas en una posición para que los rayos del sol, que acaba de salir en la línea del horizonte, estén muy oblicuos, asistes a un gran oleaje donde centenares de telas de araña, una detrás de otra, todas ellas cuajadas de gotitas de rocío.
Sí, porque ahora, el sol se ha relajado, no tiene ansias imperialistas. Y la desnudez de los árboles en otoño nos muestra que ellos, los árboles, nunca son feos y que nunca, jamás, mienten. Ah, y el cielo está en celo y se le llena la frente de aves y los bosques se convierten en excelentes redactores de cartas que nos envían en forma de pájaros. Hasta aquí, el otoño.
Y de nuestro asturiano con vocación más local y universal a la vez, qué decir. Que Rodrigo Cuevas es y contagia pasión. Que rompe paradigmas con el sentido común más atrevido y transparente y artístico con el que nos hemos topado. Y hoy, en esta primera incursión del bosque en el universo de Rodrigo, nos habla de un proyecto ecosocial que apoya hasta que se haga realidad. Se trata de La Benéfica, un centro artes vivas, el sueño de Infiesto, Piloña, de tener un espacio que la expresión artístico cultural, la acción comunitaria, la lucha contra el abandono y la despoblación de las zonas rurales y la trasmisión de conocimientos.Y mucho, mucho más.
Además, Maite Aquarela reflexiona tras la COP sobre la mercantilización de los bosques canjeables por bonos de carbono. El plantabosques Natxo Blanchart nos presenta a la maestra jardinera, de la Plataforma Salvemos la Casa de Campo, Gemma Sánchez Ruíz. Y la bióloga Arantza Leal Nebot nos trae a dos mujeres valientes, dos agentes forestales de la Comunidad de Madrid, en “Gente valiente” que tienen mucho, mucho que contarnos. En el Club de la Hojarasca: Isabel Ruíz Lara, José Manuel Sebastián y Pilar Socorro. Y como un manto de humus sobre todos estos contenidos boscosos, el arte aparte de Rodrigo Cuevas, claro está.
Y ahora abrígate, no mucho, cálzate las botas de suela más suaves para sentir la caricia de la hojarasca y mete las manos en la tierra sin remover demasiado, nada más que la conciencia, la conciencia otoñal, sin duda, territorio conmovido… ¡Arriba las ramas!