Este domingo, el Bosque, especialmente habitado por ese lecho donde brotan, crecen, resposan y se hacen Ubuntu-Fronda nuestros árboles, nos convertimos en un bosque de tierra, de tierra fértil para que aquellos habitantes seducidos por la fuerza de la Naturaleza que se atrevan a convertirse en amantes de la Tierra, a través de ese mutualismo ancestral llamado agricultura respetuosa y que nos permite sujetarnos con raíces a lo que nos alimenta.
Y lo hacemos de la mano, hoy algo callosa a causa de los aperos, de Joaquín Araújo, naturalista de cabecera y agricultor esta mañana de domingo, a quien sorprendemos en medio de sus tareas agrícolas para ilustranos con su emoción, conocimiento y poesía sobre "Cultivar, encuentros con la tierra", título del libro que acaba de publicar ediciones Mundi-Prensa, y que describe las tareas y destrezas del tiempo y del agricultor ecológico.
El resto de la inspiración de este domingo verde nos llega del cronista de los árboles Igancio Abella, que nos habita con el Árbol de la Juventud y la Sabiduría, el Ginkgo Biloba. También de Lío y Enredo, que nos transmiten la profecía de Los guerreros del Arco Iris por la cual devolveremos a la Madre Tierra toda su belleza y su plenitud. Y de los Tuiavii de Tiavea, a través de los discursos del Jefe samoano de los Papalagi, donde encontramos el secreto para ser seres ojos felices en armonía con el Gran Espíritu de la Tierra. Además, la historia sufrida por los Indígenas Xavante, de manos del hombre blanco, nos llega de la mano de Gustavo Duch y David Fitó.
Y, como hijos de la Madre Tierra, escuchamos su vibración a través de las voces del Club de la Hojarasca de la Tierra, formado por Julio Valverde, Alvaro Soto, Esther García Tierno, José Manuel Sebastián, Santiago Bustamante y Pilar Socorro. Voces a las que unimos el pulso musical de Odetta Gordon y Bob Marley.