Bienvenidas a un bosque con tradición de ser contado. El bosque y todo lo que alberga, y albergó, desde el inicio de los tiempos es, quizá, el recurso narrativo más enriquecedor para comenzar a seducir con el “Érase una vez…” Tan solicitado a l@s cuentistas en las diversas cronologías de la humanidad como en el presente y el futuro con las nuevas narrativas ecologistas o discursos ecológicos.
Belleza y activismo son una fórmula infalible para comprender la trascendencia de la defensa de la vida y de los múltiples hogares de todas las vidas en la Tierra, con cuentos sufís e historias científicas muy conmovidas como las de Francis Hallé.
En fin, que hoy nos place invitaros a ir despacio y dejaros llevar por la pluma de Ignacio Abella y las voces del Club de la Hojarasca: Amaya Prieto, Javier Hernández, Marta Iraeta, José Manuel Sebastián, Álvaro Soto y Carolina Alba… Y, claro, música de contar cuentos extraordinarios a cargo de Tomás San Miguel y Loreena McKennitt. Porque vamos a contar verdades, verdades boscosas, desde el bosque humano hasta el bosque druídico para revisar la tradición y encontrar nuevas formas de reflexionar y actuar.
También contamos con las noticias arbóreas del plantabosques Natxo Blanchart de Arriba las ramas en “Las ramas arriba”. Y, cuando todo, o casi todo, son jaramagos, Raúl Alcanduerca nos lleva al momento en que los “sapiens” crearon la palabra cultura germinando la tierra. Además, la teacher for future Sonia Gallego López teletransporta a otro teacher, naturauta, Joaquín José Martínez Sánchez, que desde Sevilla nos cuenta su vida personal y profesional, de auténtica leyenda. Será en “Profes por el futuro. Educando en lado amable y sostenible desde las aulas”.
Y ahora, cierra los ojos, no demasiado tiempo, pero cierra los ojos, forma con tu cuerpo un ovillo cálido y déjate embobar por historias de hoy y de siempre y conecta con el bosque, donde muchas especies de árboles trabajan para atraer la lluvia y regular los ciclos del agua y de la vida infinita… Sin duda, territorio conmovido ¡Arriba las ramas!