Bienvenid@s a un bosque habitado por Dendrotopías, el sueño de los árboles. De la necesidad de volver a empezar nuevos árboles para el futuro. Hoy, el Cronista de los Árboles, Ignacio Abella, nos empuja sabiamante en el arte de arraigar, del Árbol Matria que hunde nuestras raíces en esa cultura de amor a la naturaleza en general, y en el árbol en particular. Una cultura que, más allá de religiones y nacionalidades, representa ese rasgo común que nos une y que tenemos que recuperar, y en la que se plantaba un árbol totémico en el centro de cada pueblo.
Al margen de esta tradición del árbol de la palabra o árbol de junta, vamos a hablar del árbol de nacimiento y de otras hermosas tradiciones que podemos recuperar. ¿Sabes qué significa, en Martinica, cuando dicen “yo tengo mi ombligo en Martinica”? Sí, este programa está dedicado al Árbol Matria, con la mirada puesta en el futuro y con propuestas y ejemplos de lo que podemos hacer para regresar a ese futuro posible y amable con los árboles y bosques. Porque, como dice Francis Hallé, piénsalo, ya no somos capaces de plantar un árbol y que se haga enorme, ni de plantar siquiera un bosque.
Tenemos que volver a recuperar esas viejas olmas en las plazas de nuestros pueblos y ciudades, de rescatar todo el esplendor del árbol matriz, una vuelta a la idea del Paraíso. ¡Vamos!, volvamos al antiguo paradigma que implica una cesión del sitio en el que el árbol nace para hacerse santuario. Y en esta tarea nos ayudan los textos de Ignacio Abella, a punto de publicar un nuevo libro titulado “Olmos, la cultura del árbol venerable”, en la editorial Almuzara, también Raúl de Tapia que es Raúl Alcanduerca, Irma Pineda, George Moustaki, Vicente Aleixandre y Miguel Torga. En el Club de la Hojarasca: Estela Viana, Pilar Socorro, Andrea Briongos, José Manuel Sebastián, Álvaro Soto, Charlie Faber e Isabel Ruíz Lara. Además, Maite Mompó, Maite Aquarela nos cuenta una historia indígena que habla de grandes árboles y grandes maestros. Todo ello envuelto en una atmósfera musical elegida por el propio Abella muy, pero que muy especial.
Una de las máximas de Tagore, en sus escuelas visionarias, decía: No llevéis los árboles a la clase, llevad la clase debajo de los árboles. Es, sin duda, cómodo tener un tronco de árbol en la sala de clase, esto permite dividirlo en láminas; pero estas están muertas; no será en el interior de una clase donde un árbol produzca flores y frutos.
Y ahora, hunde las raíces de tu memoria en las raíces del árbol totémico de tus antepasad@s y tus descendientes, expande las ramas propagando la cultura del árbol, que es tu cultura más ancestral, y encuentra el paraíso local que nunca debimos perder, sin duda, territorio conmovido ¡Arriba las ramas!
HT: #DendrotopiasRadio3