La amnistía fiscal abierta por el Gobierno para combatir el déficit público termina este viernes. El Ejecutivo pretendía recaudar 2.500 millones de euros pero, de momento, las expectativas parecen estar muy lejos de esa cifra. A finales de octubre tan solo se habían ingresado 250 millones, tal como explica el secretario general de los Técnicos de Hacienda (Gestha), José María Mollinedo, quien califica la medida de "discriminatoria" contra los que pagan correctamente sus impuestos y los que ya fueron investigados, sancionados y multados. "Estas personas debieron sentirse muy mal cuando vieron que otras personas que no han sido investigadas podán acogerse a una amnistía no solamente pagando las cantidades que debían sino pagando una simbólica cantidad de un 10% de los patrimonios que procedían de esa evasión tributaria", afirma (30/11/12).