Seguro que os pasado en alguna ocasión que de repente, mientras tu mente se distrae en sueños eléctricos o no, unas notas, una música penetra en tus oídos, te sacude las neuronas y te hace dirigir la mirada hacia el lugar desde donde se propaga ese algo que te indica que cuidadin, tenemos sorpresa.
Eso nos pasó a nosotras en la pasada edición de la MUM, las Jornadas de la Música de Extremadura cuando en pleno día y a los pies del Templo de Diana de Mérida escuchamos a Sanguijuelas del Guadiana.
Insolencia juvenil llegada desde la Siberia Extremeña, Sanguijuelas del Guadiana le cantan a territorios recónditos, a menudo invisibilizados, donde parece no pasar nunca nada y por eso a veces ocurren cosas. Sanguijuelas del Guadiana le cantan al pueblo, desde dentro y desde fuera mientras van y vuelven acompañados por la rumba y la rave electrónica. Tienen los Sanguijuelas esa alegría contagiosa que desprenden tres chavales que desde un garaje de Casas de Don Pedro llegan con actitud de vamos a comernos el mundo que venimos con hambre, si lo conseguimos bien y sinó nos divertimos y nos volvemos pa la casa… Volverán y a hombros… y todavía no han sacado el disco….