El cuento musical "Pedro y el lobo" alcanzó tanta celebridad que hasta se interpretó con grupos de rock. A Prokofiev le siguió Poulenc: tomó un cuento de 1931, y le puso música de piano. Una segunda obra maestra se sumaba a la primera. La cosa iba en serio. Tan famoso se hizo "Babar" que Jean Français lo orquestó, y lo hizo tan bien que ya casi nadie se acuerda de la versión original para piano. Más o menos, por esas fechas, en 1939, un húngaro que vivía en París sintió la llamada de la niñez, tomó un famoso cuento de los Hermanos Grimm y, siguiendo el modelo de Prokofiev, compuso una música para un grupo de cámara. Pero hay que esperar a 1956 para que aparezca un auténtico bum: "Piccolo, Saxo y Compañía, la pequeña historia de una gran orquesta"; un cuento sencillo que cuenta cómo las familias de la orquesta se van encontrando.
El oído atento
Cuentos y música
19/10/2013
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