"Me gusta, pero no entiendo". ¿Cuántas veces habremos dicho o, por lo menos, habremos oído decir esta expresión? Muchas, sin duda. Se suele decir sobre aquello que, sin ser del todo enigmático, no forma parte de nuestros hábitos. Pero, atención, si ese arte 'enigmático' es la música, el 'megustaperonoentiendo' se propaga como un virus. Creo que dicha expresión ampara a quienes no se sienten con fuerzas suficientes para opinar por miedo a 'meter la pata', pues llevan a sus espaldas una fuerte carga de complejo ante toda aquella 'cátedra' vetusta, elitista y distante que, durante muchos años, ha impuesto una imagen de la música clásica inabordable para los espíritus sencillos, y sólo al alcance de unos pocos exquisitos de riguroso pedigrí. Pero, ¿qué es entender de música? ¿La música se entiende? ¿No es suficiente con escucharla? ¿Qué quiere decir? Para empezar, a tanta pregunta, dos contestaciones antagónicas, aunque portadoras en partes proporcionales de verdad y mentira: "La música no se entiende, sino que se disfruta". "Se disfruta más cuanto más se entiende".
El oído atento
Entender la música
16/11/2013
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