El oído atento
Hablar de escuchar
01/03/2014
01:00:13
La música es un ser vivo; cada obra musical tiene su propia vida, que transcurre en un espacio de tiempo. Aunque la obra sea excepcional, si no hay quien se fije en ella y se detenga a contemplar su discurrir, pasa anónimamente, en sigilo, como una vida vulgar que no despertara ningún interés. Para que la obra musical revele la maravilla que lleva dentro debe haber alguien que depare en ella, se entregue a su contemplación y la toque con la varita mágica de la atención. Entonces, lo que simplemente era sonido se transforma en obra de arte, en vehículo de expresión, se torna en elixir de felicidad.